Que función cumple la filosofia

Pocas cuestiones han sido tan discutidas a lo largo de la Historia de la Filosofía como la de su utilidad. Durante mucho tiempo se consideró que la Filosofía era propicia y valiosa, pues en ella, creían, se expresaba lo mejor del ser humano. En las últimas décadas esta percepción ha cambiado bastante. Han surgido voces que han puesto en entredicho la utilidad de la Filosofía e incluso han anunciado su fin, sustituida por el auge y desarrollo vertiginoso de las ciencias.
 

Aunque en estas posturas late un punto de verdad, lo cierto es que el ser humano adopta una orientación filosófica al hacerse cargo de cuestiones vitales que la ciencia no puede o no quiere abordar.

"Tenemos que reivindicar la utilidad de la filosofía, su interés personal y social. Es el gran antídoto contra el fanatismo, el dogmatismo, la credulidad, la superstición y la simpleza. Desarrolla todo tipo de anticuerpos mentales: la capacidad crítica, la independencia, la visión de conjunto, la valentía ante los problemas, la valentía ante las soluciones a esos problemas. Es la inteligencia resuelta, es decir, la que soluciona los problemas y avanza con resolución.

Cuando nos preguntamos por la utilidad de algo generalmente pensamos en las aplicaciones prácticas que ese algo nos proporciona. En un sentido amplio esperamos que cosas útiles aporten algún tipo de beneficio. La medicina, por ejemplo, alivia nuestro dolor, además de brindar salud y bienestar. La ciencia y la tecnología permiten construir de objetos que hacen nuestra vida más cómoda.
Los filósofos antiguos, como ya hemos visto, insistieron en el carácter desinteresado de la filosofía. El "amor a la sabiduría" no persigue la obtención de resultados distintos al propio saber: se trata de saber por amor al saber. En esta línea, Aristóteles sostenía que la Filosofía no nace de la necesidad, sino de la admiración, y que no se busca en ella ninguna utilidad.
Recuerda que la sabiduría que busca el filósofo no es solamente un conocimiento teórico, sino también práctico; debe permitirnos herramientas para ser capaces de vivir mejor, más plenamente.
Baste recordar, al respecto, el gran impacto que provocó, hace algunos años, un libro escrito por un filósofo americano, Lou Marinoff, titulado Más Platón y menos Prozac (1999) y que fue un éxito de ventas en todo el mundo. En dicho libro, Lou Marinoff decía:
                          
Si intentamos extender la aplicación del quehacer filosófico al ámbito social y colectivo del ser humano, es evidente que también aquí la Filosofía tiene un papel que cumplir. Aunque hay períodos culturales en la historia de algunas sociedades que están fuertemente teñidas por la influencia de los filósofos (por ejemplo, en la Atenas de Pericles, en la Europa de la Ilustración, en la etapa de las revoluciones del siglo XX), la Filosofía raras veces ha cumplido un papel social relevante. Más bien, cabría señalar que ese papel relevante recayó y recae sobre ciertas minorías y grupos.
 Pues que no se puede aseverar que vivamos en una sociedad “filosófica”, aunque sí vivamos bajo el influjo cultural de ciertas concepciones filosóficas. De hecho, nuestra cultura maneja conceptos como “materia”, “espíritu”, "justicia", "igualdad", etc., conceptos que por su inmanente carácter filosófico reflejan toda una forma de entender la realidad.
                            
La Filosofía puede ser empleada para denunciar injusticias, prejuicios y mistificaciones. De hecho, en un pasado no muy lejano, algunos filósofos justificaron la necesidad de revoluciones. Karl Marx (1818-1883), en contra del evolucionismo pacifista, que no revolucionismo, del filósofo anarquista Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), era un pensador que alentó la búsqueda de cambios políticos drásticos y violentos. Politizada la Filosofía hasta la médula, ésta, a juicio de Marx, tenía que realizar, desde su función crítica, la tarea de transformar la realidad.
El proyecto de transformación revolucionaria de la sociedad desde la dogmática socialmarxista no solo es hoy por hoy algo discutible, sino superado. Defender, en nombre del proletariado, la dictadura es ni más ni menos que justificar la dictadura, lo cual entraña antidemoracia y generar tantas o más injusticias que las injusticias contra las que se quiso revolucionariamente luchar.
Consiguientemente, no hay que renunciar al valor de la crítica ni tampoco, mucho menos, al hecho de criticar la crítica como ejercicio de crítica filosófica.
Ideas fundamentales de este apartado:
  • La Filosofía se define como amor a la sabiduría, como disciplina (en apariencia) desinteresada.
  • Podemos distinguir tres grandes funciones de la filosofía:
      1. Función antropológica: como sabiduría vital que es, la Filosofía reflexiona sobre el sentido de la vida.
      2. Función cultural: como fuente generadora de ideas e imágenes del mundo, la Filosofía a veces ha llegado a tener influencia en el curso de la sociedad y de la cultura.
        1. Función crítica: la Filosofía ha elaborado teorías políticas tendentes a desenmascar y paliar las injusticias sociales.

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